viernes, 31 de octubre de 2008

PARECIA DE SEDA

Un día de viento de no me acuerdo qué año, entré por primera vez en el cementerio de la hierba, no porque tuviera allí alguien enterrado, sino por la paz que respira en los cementerios.
La paz que habitaba en el lugar era increíble.
Mientras estaba recostado sobre la banca respirando la tranquilidad de aquel lugar, empezó a llover y a oscurecer.
Pensé en ese momento que sería mejor retirarme del cementerio.
Cuando me estaba yendo observé una figura cerca de la entrada, me acerqué con mucho cuidado para ver de qué se trataba.
Al acercarme noté que era una mujer joven que tenía el cabello rojo y un extraño sacón que parecía de seda, en ese instante sentí escalofríos pero cuando miré sus ojos azules que parecían no tener vida algo me abrazó: fue el terror de mirar esos ojos sin vida. Mientras más la miraba notaba que su rostro tenía una expresión de angustia y desaparición. Ese abrazo de repente se convirtió en sofocación. El terror me ahogaba.
Me quedé unos segundos atónito, después al reaccionar no sabía qué hacer, sólo correr.
Corrí como si mi vida dependiera de ello hasta que ya no pude divisar al criatura, desde es día me juré que nunca más entraría a un cementerio para buscar tranquilidad.
Después, cuando estaba volviendo a mi casa vi a mucha gente reunida en una esquina, había dos patrullas y un ambulancia.
Cuando me acerqué divisé a un cuerpo tirado que había sido atropellado. Al observarlo con mayor detenimiento vi que era una una mujer pelirroja con un extraño sacón que parecía de Seda.

Santiago López
3º 2º

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